August 13, 2008

Dormir con él


Anoche - como casi siempre - fui la primera en conciliar el sueño. El suave sonido del televisor relataba las olimpíadas, evento esperado con ansias por mi otra mitad, quien con ese fanatismo no puede negar su género. Algunas veces me duermo en su pecho mientras él me hace cariño, otras me acuesto de lado con mi cara hacia afuera y ese hombre que amo se pega a mí acoplándose a mi figura. Yo idolatro su temperatura, tibia hasta el infinito, por eso toda la noche apenas nos separamos un instante lo busco a tientas como una cachorra. Siempre tengo que tocar alguna parte de su cuerpo, y ese contacto me adormece, me lleva al más rico bienestar. Nuestros cuerpos se complementan el uno con el otro, se reconocen y encuentran en contacto pleno.

A veces he pensado que el acto más íntimo entre dos personas es dormir juntos, más que hacer el amor. El compartir con alguien el sueño es un acto de total entrega, de abandono a su entera voluntad. Pueden matarnos sin nosotros darnos cuenta. Pueden amarnos en la penumbra, entre la intensidad del silencio y nuestra respiración.

Si me despierto en medio de la noche sin sueño, recorro la imagen de ese ser a quien me le metí en la cama de por vida y calibro a qué nivel de sueño está. En ese momento que es sólo mío, me confieso en el silencio de mi mente, y aunque no puede escucharme es como si lo sintiera todo y soy suya. Lo huelo. Huele a limpio, siempre huele a limpio, todo él: su aliento, su cuerpo, sus pliegues, sus rincones, sus partes íntimas. No es a jabón, ni a pasta de dientes... aún sudado tiene un olor suave, un olor tibio. Sus sabores son lo que su olor promete, son ricos. Él sabe a lo que debe saber el elixir. Amo su pecho peludo, sus piernas de Hulk, sus brazos de Popeye cuando ha comido espinacas, su ombligo con lint, sus pies gorditos, todas sus formas… Y su voz, su voz me lleva al cielo.

Percibo a veces que tiene un mal sueño, lo noto en su angustia, la expresión de su cara, sus movimientos involuntarios que me gritan “cálmame”, entonces mi mano salvadora lo rescata sobándolo, otras veces lo abrazo. Este sencillo acto tiene el poder maravilloso de cambiar su sueño y otras veces, lo saca de él. Se despierta y me lo agradece con su mirada, buscando una nueva forma para quedarnos dormidos. Él por su parte, también se adueña de mis pesadillas, y cuando me oye sale de su sueño y me calma con el sonido que hacemos cuando un bebé llora y está por quedarse dormido. Ssshhh, ssshh, sshh, sh!

En el ejercicio de acercarme, acercarme, acercarme y ser recibida, acariciada y amada termino acorralándolo en su lado de la cama. Ahora invertimos los papeles y yo lo abrazo en spoony como él lo hizo conmigo al quedarnos dormidos. Al amanecer, cuando no soporto mucho seguir en la cama, vuelvo a verlo. Él duerme profundo, más que nunca. Yo lo beso, lo arropo, le acerco mis almohadas a su cuerpo para que no extrañe mi presencia en la cama y evito con la almohadita, que alguna luz moleste sus ojos.

Después de cada noche de pocas palabras pero siempre dulces, descubro que con cada amanecer nos queremos más, por todo ese amor que nos hemos brindado dormidos. Si, este ritual de amar y cuidar, nos alimenta el amor. No perdemos el tiempo ni de día ni de noche. Nos amamos así por todo el tiempo que no estuvimos juntos en nuestras vidas, para compensar todos esos años cuando no nos conocíamos.

4 comments:

Eroti-k-Mente said...

Identificada 100% con tus palabras. Definitivamente no hay nada más íntimo, gratificante y placentero que compartir la cama con la persona que amas para entregarte al sueño profundo y seguro.
En mi opinión, la mejor prueba de amor no se tiene con el sexo, sino cuando has dormido con tu pareja y has podido sentir descanso, placer y cobijo, más allá de las patadas, ronquidos o sencillamente la sensación de tener un extraño en tu cama.

Clementina said...

Linda historia. Como me gustaria escribir como tu! Claro que si que me puedes linkear. Perdona que no te haya escrito mas pronto. Saludos!

La Negra said...

Eroti-k: Si. Compartir el sueño con alguien es de las cosas más sublimes de la vida.

Traductora: A eso voy, gracias.

Mujer said...

Que texto mas divino y hermoso!!!!que rico que te sientas asi, dan ganas de irse a dormir con alguien querido, si definitivamente dormir bien acompañada es algo definiticamente unico y placentero...un abrazo