August 9, 2013

A sus 85 años y un día


                                       
Siempre he querido escribirle a dos grandes de mis ídolos: Rubén Blades y Shakira. Nunca lo he hecho. Creo que el ritmo de la vida nos quita mucho de lo que queremos hacer o quizás nosotros sencillamente dejamos que él nos gane la batalla. No puede ser y no debe ser. Hoy le escribo a usted, otro de mis ídolos, un ídolo que ha vivido y envejecido y que lamentablemente hoy sufre de demencia vascular.

Mi única historia cercana con usted fue cuando yo era Coordinadora de Atención al Huesped VIP en el Hilton de Barquisimeto. Entre mis funciones estaba la de redactar las cartas de bienvenida para ustedes, las cuales eran firmadas luego de ser aprobadas por el Gerente General, el Sr. Concari. Debo darle crédito a él, quien me enseñó mucho de cómo escribir sólo lo necesario. A mí que me encanta escribir y escribir, allí aprendí a ser directa, a ir al grano. Aún así, usted no se comió el cuento y cuando se estaba yendo del hotel le preguntó a Yalexie, una gran amiga y compañera de trabajo, quién era la persona encargada de escribir las cartas de bienvenida. Ella dijo la verdad y usted me mandó a buscar sólo para darme unas sinceras gracias por mis bellas palabras. Más sabe diablo por viejo que por diablo.

Hoy leí un artículo precioso llamado “PERFIL: La cronista de Tío Simón.” Lo compartí en FB e identifiqué allí a un gentío, a todos aquellos amigos que pienso podrían sentirlo en su total plenitud. Luego, empecé una tertulia pública con Mechita, una de mis amigas facebookianas. Una tertulia que me hizo rapidito ir por una cerveza en mi nevera porque eran muchas las cosas que sentía y porque, porqué no decirlo! Quería brindar por usted. Aquí, tomándome la segunda, me animo a escribirle, Simón, aún cuando no sé si alguno de sus hijos le lea esta carta, y si así sucediera, tampoco sé cuál es realmente su estado para saber si podría recibir mi amor a través de estas líneas.

El artículo decía que la canción que más lo define es “Todo ese campo es mío.” La busqué en Youtube y de repente me entraron unas ganas de visitarlo, de abrazarlo, de estar cerca de usted. Se me salieron las lágrimas. Aún cuando soy media pedida para llorar, creo que a cualquiera le tiemblan las piernas si se pone realmente a oír esa canción y pensar en usted. A mí siempre me ha gustado “Mercedes” y creo que es porque a mi hijo Simón (qué le parece que se llama como usted? Lindas casualidades de la vida!) siempre le encantó desde que era chiquitico. Por supuesto, como soy una principiante de por vida tocando el cuatro, una de las canciones que toco y canto con mucho orgullo es “La Vaca Mariposa” pero realmente la que más me gusta de todas es “Mi querencia.”

Hoy lo siento a usted más que nunca, porque resulta que dejé Venezuela hace casi 8 años y cómo la extraño! Aún cuando estoy consciente de lo mal que estamos y quizás por eso la extraño más, por eso sigo pegada a sus noticias, a las injusticias que la aquejan. Esto de ser inmigrante no es nada fácil! Uno vive con el alma en su tierra. En nuestra tertulia, Mechita extrajo un pedacito del escrito de hoy de mi amado Laureano: “Simón cumple 85 años en medio del afecto de su pueblo, más allá de todas las divisiones que la intolerancia impone. Es uno de esos raros consensos que los venezolanos tenemos en estos tiempos. Para decirlo llaneramente, Simón es como el mastranto que perfuma nuestra historia, es de las cosas bonitas que nos han pasado en el devenir del tiempo y cuya sola existencia nos hace mejores.” Qué cosa más cierta! Y es que necesitamos tantos hombres como usted, de esos a los que no se les puede sacar un trapo sucio, de esos que son ejemplo de principio a fin. Por eso, además de la nostalgia, estoy aquí a punto de empezar la tercera, porque la cerveza me sabe a Venezuela, más aún si tiene colita. También porque usted es Venezuela pura, esa que no podemos olvidar y esa que todos deseamos que vuelva.

Hay otros personajes conocidos que también adoro y que están exiliados como yo; entre esos está una pareja preciosa formada por mi negro Frank e Indira Páez. Me los encontré hace unos años en el aeropuerto de Miami esperando abordar un vuelo a Venezuela. Yo siempre he adorado a Frank, desde antes de mis 13 pero a esa edad me estrené como conciertera empedernida en uno de sus conciertos en el Anfiteatro Oscar Martínez. De Indira me enamoré desde el primer escrito. Esa mujer es intensa hasta la pared de enfrente. Por eso me animé a declararles mi amor ese día en el aeropuerto. Les dije todo lo que significaban para mí y ella me regaló un abrazo divino.

Tengo a todos revueltos en el alma hoy; las lecciones del Sr. Concari no hicieron mucho efecto; no hoy. Es la cerveza con hielo porque no tenía más en la nevera, es el exilio, es usted y sus 85. Dios lo cuide, Simón. Gracias por estos 85 años de amor a Venezuela!


No comments: