October 31, 2010

Momentos como el de ayer




Ayer fui al Concierto de Saul Vera Ensamble. Como siempre que hago algo que me emociona, desde que compré las entradas, las maripositas empezaron a volar en mi barriga… porque amo la música y ahora que no vivo en mi tierra, cómo no va a emocionarme saber que voy a ser parte de un momento como el de ayer? Confieso que me armé con una botella de vino en el carro, por si acaso salía una movida después del concierto… qué horror! Pero es que yo me conozco; sé la energía que se me desata en un concierto y más si tengo amigos entre los músicos jajaja. Cuando se lo comenté a mi marido, lo de la botella, me miró con cara de varón domado pero feliz, como pensando “quien me mandó a casarme con una rumbera? Bueno no importa, ella se la merece, esta rumba y las que salgan,” eso creo yo jejeje. El dato del concierto me lo pasó Chú, (amigo con quien me he reencontrado gracias a FB) cuando nos escribió a un grupo de Facebookeros que vendría a Miami a tocar como invitado al concierto. La otra invitada era Luz Marina, cantante venezolana a quien yo había escuchado en vivo hace poco más de 20 años creo que en el Juan Sebastián Bar o en un night club (lugar) del Rosal (de la Mancha) de cuyo nombre no quiero acordarme, diría Cervantes.

Saul Vera Ensamble lo conforman músicos, todos, de altísima calidad. Juan Manuel Ardila (flauta), Andrés Candamil (clarinete), José Gregorio Hernández (percusión), Hernán Matute, (contrabajo), Jorge Quintero (cuatro) y Saúl Vera (bandola llanera, mandola y mandolina electro acústica), quien además y por supuesto es el director. Después de escribir los últimos tres instrumentos, me quedé pensando en cuál es la real diferencia entre ellos, así que esto fue lo que encontré:

La bandola es un instrumento musical de cuerda, hecha en madera, descendiente de los instrumentos árabes de la península ibérica que llegaron a las Américas. Hay varios tipos de bandola: la bandola llanera (4 cuerdas)… Mayor información en http://es.wikipedia.org/wiki/Bandola

La mandola es un inquieto instrumento musical de cuerda. Es al mandolín lo que la viola es al violín. Sólo lo encontré en inglés: http://en.wikipedia.org/wiki/Mandola

La mandolina es un instrumento musical de 4 cuerdas dobles formando parte dentro de la música de la familia de los cordófonos. El número y tipo de cuerdas de la mandolina ha sido variable según el tiempo y el lugar, pero la configuración predominante hoy en día es la de la mandolina napolitana, con cuatro cuerdas dobles afinadas como el violín (sol-re-la-mi).
Para saber más: http://es.wikipedia.org/wiki/Mandolina

Ahora bien, a lo que voy. En todo buen concierto, siempre hay un momento cumbre y si es muy bueno, entonces son varios esos momentos. Ayer tuve la oportunidad de vivir el primero cuando interpretaron Tonada de luna de llena, de Simón Díaz. Yo no sé si influyeron un poco en mí las palabras que dijeron antes de ese tema, lo cierto es que me encontré con el corazón latiéndome en la garganta, luego ese latir se transformó en un dolor físico que se movió sin equívoco a mi esternón, causándome un dolor en errr pecho que me inundó de calor y sentimiento y literalmente me hizo sudar y llorar. Yo estaba allí, una vez más escuchando una música que reclamaba la sangre en mis venas, que me llamaba de adentro, como si se hubiera metido en mí y desde mí, saliera para ser escuchada.

Luego vino Luz Marina cantando Sabana, también de Simón Díaz, bella interpretación. Me sorprendió ver que a pesar de estos 20 años que no la veía, está igualita, sólo con unos kilitos de más que lo que le dan es lozanía. Su segunda y última canción como invitada fue una llamada Caracas Bossa, de ella misma, regalándome un segundo gran momento que también me robó lágrimas por su hermosa letra, por saber que pertenecemos al mismo bando, a los despatriados que estemos donde estemos, llevamos a Venezuela muy dentro.

Mi tercer momento cumbre fue cuando mis amigos guaros Jesús Florido (violín) y Américo Baptista (guitarra), interpretaron el tema Mi Negra, de Chú. Uno se maravilla cómo un violín suena tan bien en ritmo de salsa y toda aquella mezcla de ritmos latinos y jazz que hacen de la música una fiesta. Yo bailando en mi asiento, con unas ganas de pararme a bailar que ni cuento. Ahí estaba yo, feliz con mis guaros en acción. Ese fue el momento cuando le pasé a Sonia (pensando que ella estaba allí), la esposa de Américo, un mensaje de texto que decía “Cuéntame qué vamos a hacer después del concierto.” Creo que se quedó loca cuando lo recibió porque ni respuesta recibí, así que opté por mandarle otro a Chú: “Una preguntica, epa y ahora pa onde vamos?” pero no, la primera no estaba en el concierto y el segundo estaba cansado. Creo que lo que aquí sucede es que ya no tenemos 20, o ellos no tienen 20 porque yo sí jajajajaja pero me tuve que ir para mi casa con mi marido quien no toma ni parrandea, así que la botella se quedó para otro momento, qué le vamos a hacer!

Con mi mejor intención, tengo dos sugerencias y un comentario qué hacer:
1. Sería conveniente que las personas que llegan tarde al concierto pasen a la sala en los intermedios entre tema y tema por respeto a los que sí llegaron temprano.
2. Hubiera disfrutado mucho más del cuatrista si hubiera colocado el atril a un lado, como hizo Saúl Vera, para uno poder apreciar también con la vista cómo toca el instrumento.

Mi comentario es que estoy de acuerdo en que aunque el público era 99% latino, es razonable que hablen en inglés y en español –como en efecto lo hicieron- porque estamos en un país de habla inglesa. Sobretodo si estamos hablando de conciertos, en los que cualquier norteamericano o turista puede ir, porque el lenguaje de la música es universal, cualquiera puede ir a un concierto en otro idioma, y qué importante es que al menos nos hablen en un idioma que entendamos acerca de lo que allí ocurre, de la historia de las canciones/temas o cualquier anécdota que enriquece el concierto como tal. Muy bien pensado! Aplaudo la labor de Ruby Romero con la Fundación Aldemaro Romero. Aplaudo a mi gente de Venezuela que hace cosas que hablan bien de nosotros... y gracias, por momentos como el de ayer.